miércoles, 25 de febrero de 2015

Gracias

Quizás no haya otra palabra que nos haga sentir tan bien como la palabra GRACIAS. Es una palabra de agradecimiento que produce satisfacción, como mínimo, en dos personas, el que la emite y el o los que la reciben. Y lo más llamativo de todo esto es que no nos cuesta nada pronunciarla aunque, haya determinadas personas que no la pronuncien con asiduidad, sobre todo en el ámbito laboral.

Y, centrándonos en el trabajo, dar las gracias a alguien también dice mucho de la persona que es agradecida porque ha sabido valorar un buen trabajo o gesto de otro compañer@, ya sea jefe, subordinado o del mismo nivel jerárquico. Eso genera un efecto positivo en el destinatario que le hace sentirse mucho mejor desde el punto de vista emocional porque le estamos dando un feedback positivo con una simple palabra que todos deberíamos pronunciar con mayor frecuencia. Cuando damos las gracias el clima de trabajo resulta mucho más llevadero porque facilita la relación entre los miembros del equipo, hay una mejor comunicación, el sentimiento de pertenencia al grupo aumenta  y la motivación crece casi sin darnos cuenta.

Continuamente no paramos de avanzar y correr en nuestra vida diaria y en el trabajo y pocas veces nos paramos a reflexionar sobre este tema en cuestión. Con el agradecimiento se demuestra humildad, respeto hacia los demás y empatía ya que, a todos nos gusta que nos den las gracias, sepan valorar el trabajo que realizamos, y nos traten con el debido respeto, aunque sea con una sóla palabra. 
 
En definitiva, no cuesta nada dar las gracias a las personas que tenemos a nuestro alrededor porque es un gesto que nos honra y ayuda a mantener el buen ambiente de trabajo.

Por cierto, MUCHAS GRACIAS por vuestra lectura.


sábado, 7 de febrero de 2015

Formación e información

En el año 1995 se aprobó la Ley 31/95 sobre Prevencion de Riesgos Laborales en la que se establecen una serie de preceptos de obligado cumplimiento para las empresas y una serie de obligaciones para los trabajadores. En cuanto a las exigencias empresariales me gustaría resaltar el contenido de los artículos 18 y 19 de la norma, relacionados con la información y la formación respectivamente.


Según el artículo 18, la empresa debe informar a sus trabajadores sobre los riesgos a los que están expuestos tanto a nivel general como los específicos de su puesto de trabajo. Asimismo, los trabajadores podrán realizar las proposiciones que consideren oportunas al empresario con el fin de mejorar las condiciones de seguridad e higiene de su puesto de trabajo. Esta información debe entregarse por escrito a cada trabajador y debe acreditarse la entrega a cada uno de ellos mediante la firma correspondiente. 

En cuanto a la formación, el artículo 19 destaca que debe ser suficiente y adecuada, teórica y practica, sin distinción alguna de la clase de contrato que tenga el trabajador y de la duración del mismo, es decir, cualquier trabajador debe ser formado sobre los riesgos generales y específicos a los que pueda estar expuesto en su trabajo. Cada técnico de PRL debe establecer el periodo "suficiente y adecuado" para cada accion formativa dependiendo del tipo de actividad de cada empresa y del nivel de riesgo a los que estén sometidos sus trabajadores ya que no es lo mismo una clínica dental que una una carpintería metálica, por ejemplo. Aún así, algunos convenios, como el del sector de la construcción, establecen una serie de horas en función de las tareas que realice cada trabajador. Además, si el trabajador se expone a nuevos riesgos como consecuencia del cambio de puesto de trabajo o porque la empresa haya adquirido maquinaria o equipos de trabajo que supongan nuevas situaciones de riesgo, la organizacion debe actualizar la formación adaptándola a la nueva situación.

El problema que existe todavía, después de 20 años de aplicación de la norma, es que no se tiene conciencia sobre la importancia de realizar este tipo de actividades porque, está demostrado que redundan en el beneficio de la empresa mejorando la seguridad y salud de los trabajadores y beneficiando la productividad. Todos debemos ser conscientes de que la seguridad y salud en el trabajo tiene que ser una preocupación de empresas sindicatos y trabajadores y que todos deben tomar conciencia y adoptar medidas para que la cultura preventiva vaya teniendo cada vez más peso en el desarrollo normal de la actividad empresarial y se integre en todos los niveles jerárquicos de la misma, tal como establece la Ley 31/95.