lunes, 17 de noviembre de 2014

Señales

Por suerte o por desgracia he tenido la ocasión de realizar algunas entrevistas de trabajo a lo largo de mi trayectoria profesional y, la verdad, daría para escribir un libro pero me gustaría resaltar algunos aspectos positivos que hacen que cuando sales por la puerta tienes la total convicción de que el puesto de trabajo es tuyo, independientemente de quienes sean los demás candidatos. Hablamos de las señales que uno percibe en la citada entrevista.

En primer lugar, el ambiente en el que te encuentras es determinante para poder desenvolverte con soltura. Que te dejen expresarte con naturalidad, que exista un clima de confort y no se palpe la tensión es un factor determinante ya que ayuda a que todo se desarrolle de una manera cordial.

Por otro lado, en cuanto entras de lleno en la conversación te sientes tan a gusto que parece que no estás delante de un reclutador sino de un compañero al que le estás transmitiendo tu experiencia profesional de manera muy natural y en el que el denominador común es el feeling que hay entre ambos.

Otro aspecto clave es la duración de la entrevista. Normalmente, suele durar unos 30 minutos pero, en estas ocasiones, la cita se alarga fácilmente hasta casi la hora de conversación debido, precisamente, a ese ambiente tan distendido y ausente de preguntas absurdas que hacen que te descentren y no sepas como reaccionar.

La cara de la persona que se sienta frente a tí para realizar la entrevista también dice bastante porque puede convertir la entrevista en un calvario o en una conversación muy agradable. Eso también dice mucho del profesional que te puedes encontrar enfrente y del tipo de organización a la que te estas postulando porque puede encajar o no con tu personalidad y tu filosofía de trabajo.

Y, por último, que cuando les cuentes que te has marchado de alguna organización entiendan la decisión que has tomado y los motivos de las mismas porque nadie está obligado a estar a gusto en un trabajo por muy bien remunerado que sea. Existen otras variables que personalmente considero más importantes como el ambiente y clima laboral, los miembros del equipo de trabajo, la posibilidad de conciliar con la familia o la seguridad y estabilidad que puedan ofrecer.

En definitiva, si eres tú mismo y transmites seguridad, confianza y firmeza seguro que si percibes estás señales la llamada para empezar en un nuevo empleo está a la vuelta de la esquina.

Ánimo y  mucha suerte.