martes, 28 de abril de 2015

Para qué?

En todos los años que llevo de trayectoria profesional he escuchado en muchas ocasiones a personas diciendo la siguiente frase: "mi jefe me ha enviado a un curso sobre materias que ya conozco y voy a perder el tiempo, pero me da igual, así me quito de enmedio durante unas horas..........." 

Esta frase es muy significativa por varios motivos: porque la gente no está a gusto y así se ausentan por un tiempo de su puesto de trabajo, porque no se tiene en cuenta la opinión de los colaboradores,  porque no saben cuáles son sus expectativas profesionales, porque no saben cuáles son sus habilidades y sus motivaciones y porque, seguramente, los jefes creen que con un curso se arreglan las posibles carencias que, bajo su punto de vista, tienen los trabajadores.

Pero para dar respuesta a estas cuestiones y a otras muchas más hay una pregunta que debemos hacernos como profesionales de gestión de equipos de trabajo. Y es una pregunta muy sencilla: PARA QUÉ? Con esta simple cuestión resolvemos todas las dudas que nos puedan surgir porque, sólo viendo la utilildad de las acciones que se vayan a realizar es cuando se les puede sacar partido.

Si enviamos a alguien o nos envían a realizar un curso de formación, lo primero que debemos tener en cuenta es la opinión del interesado, qué piensa sobre ello, si le va a aportar algún beneficio personal y profesional para su desarrollo en la organización. Porque, de lo contrario, se puede crear un malestar que no beneficia a nadie y se realiza una inversión en tiempo y dinero que la empresa no va rentabilizar.

En ocasiones, la falta de conocimiento del equipo de trabajo por parte de la jefatura hace que se produzcan estas situaciones que, además de no beneficiar a nadie, desaprovechan los recursos disponibles para sacarles el máximo partido. Porque sólo conociendo el potencial de nuestro equipo sabremos lo que puede dar cada uno de ellos.

Además, después de haber recibido la formación, cada individuo debe tener un seguimiento para comprobar que dicha inversión ha sido productiva, y no una pérdida de tiempo. Si no hay seguimiento no podemos medir la evolución.

Porque, el dinero se puede recuperar, los amigos también, pero hay una cosa que es imposible de recuperar, EL TIEMPO. Y más vale sacarle todo el jugo que se pueda para intentar ser productivos en nuestro desarrollo profesional.

Recuerda, siempre que vayas a hacer algo pregúntate: PARA QUÉ?