lunes, 25 de abril de 2016

Evaluación del desempeño

Ahora se acerca el final de temporada en la mayoría de los deportes y, como cada año, toca hacer balance de lo que ha sido la misma. Los periodistas especializados, los aficionados y seguidores y las propias entidades evalúan si los objetivos que se propusieron al inicio de la temporada se han cubierto satisfactoriamente para, con esta evaluación, preparar la siguiente temporada y establecer áreas de mejora que permitan cubrir los objetivos de la nueva temporada. Para ello, se realizan fichajes, revisiones salariales o se incorporan promesas emergentes del equipo filial.

En el mundo empresarial pasa exactamente lo mismo, se hace balance al final del ejercicio para comprobar si los resultados obtenidos están acorde con los objetivos establecidos en términos de facturación y, sobre todo, de beneficios.

Establecer comparativas en términos numéricos resulta relativamente sencillo, porque comprobar si un comercial ha cubierto sus objetivos se ve a simple vista echando un vistazo a sus ventas. Pero, cómo comprobamos si alguien de cualquier otro departamento ha cubierto sus objetivos si no se decica a la venta? Para eso debemos establecer un sistema de evaluación del desempeño, que no es otra cosa que medir si una perona ha satisfecho o no las expectativas que se tenían de ella. Porque si no medimos no sabemos si los colaboradores están haciendo bien su trabajo conforme a los estándares de calidad y procedimientos de la compañía.

Además, este sistema resulta de utilidad para detectar necesidades formativas de cada empleado de cara a mejorar en aquellos aspectos en los que el desempeño no sea el adecuado. También sirve para recompensar a los empleados que han tenido un desempeño satisfactorio o para promocionar a quellos que estén a un nivel por encima del esperado en más de una evaluación.    

Como se puede observar se trata de un sistema en el que no vale el "café para todos" sino que premia al que ha cubierto objetivos pero que da una oportunidad de mejorar a aquellos que no lo han hecho  mediante la realización de determinadas acciones formativas para así, tratar de ponerse al nivel de sus compañeros.

Como ocurre en el mundo del deporte, cuando un profesional no cubre las expectativas puestas en él puede que tenga que salir de la organización porque se le haya agotado el crédito y haya tenido más de una evaluación negativa ya que, resulta gravosa su participación en la empresa en términos de rendimiento.

Para evitar este tipo de situaciones que no resultan nada agradables, se recomienda realizar un feedback periódico con el evaluado para comprobar si se está produciendo alguna desviación del objetivo previsto y corregirla antes de que sea demasiado tarde y evitar sorpresas.  

En definitiva, un sistema que premia el esfuerzo de cada empleado para que cada uno sea competitivo y productivo y pueda tener un desarrollo profesional conforme a sus expectativas y a las de la empresa.