viernes, 24 de octubre de 2014

Me recomiendas?

Este post tiene su origen en una conversación que tuve hace poco con algún compañero de profesión en la que surgió el tema de las recomendaciones de candidatos en los procesos de selección y, sobre todo, de las recomendaciones y las validaciones que cada persona tiene en su perfil de LinkedIn.

Últimamente he recibido alguna petición de algún contacto de esta red social profesional que me ha solicitado que le escriba una breve recomendación para poderla añadir a su perfil. Lo más llamativo de todo esto es que se trata de un profesional que no conozco personalmente y con el que no he tenido la oportunidad de trabajar por lo que, me resulta imposible poder enjuiciar sus aptitudes, actitudes y conocimientos. 

A ver, no se trata de recomendar por recomendar, se trata de algo bastante serio y que puede comprometer la profesionalidad de cualquiera que recomiende a una persona que no conoce. Y es que, para poder recomendar a una persona se tiene que conocer cómo trabaja esa persona y cómo se desenvuelve en su actividad profesional, qué grado de conocimientos tiene sobre las materias de su ámbito de actuación, cómo se adapta al trabajo en equipo, cómo se comunica, su grado de implicación y compromiso con el grupo y si se trata de una persona resolutiva, entre otras cosas. 

Como se puede comprobar, para recomendar a una persona hay que tener en cuenta muchos factores y se debe tener la certeza de que esa persona va a cumplir con las expectativas que hayamos generado con nuestra recomendación. Eso sólo se sabe cuando has trabajado codo con codo con alguien y conoces perfectamente sus habilidades, conocimientos y experiencia. Lo demás es pura fantasía.  

En estos casos es mejor tener una o dos recomendaciones de personas con las que hayamos trabajado, jefes o compañeros, y con las que tengamos confianza que multitud de recomendaciones de personas que no conocemos porque, por otra parte, es raro que alguien que no conozcas te recomiende ya que, pone en juego su reputación como profesional. Además, esa recomendación de personas de confianza puede ser la llave de acceso a un posible empleo futuro porque, normalmente, esa recomendación será contrastada por parte del reclutador en un porceso de selección. 

Todo esto que hemos comentado se hace extensible para las validaciones de aptitudes profesionales. Por eso, no cabe obsesionarse con este tipo de cuestiones porque prima más la calidad que la cantidad.

Así que, debemos tener claro a quién le vamos a pedir una recomendación.

Y tú, me recomiendas?